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3. Reducción de la Pastoral social

y de la acción social a temas sobre la

MEMORIA PASSIONIS Y MISERICORDIA

3.3 Autoridad del sufrimiento y memoria provocadora


Al concluir su doctorado en Boston College Ricardo González Sánchez obtuvo el título con la tesis Dangerous Memories in Time of Cultural Amnesia: Callenges for the Church in Mexico (Chestnut Hill, MA., mayo 2010), cuyo texto puede ser descargado por medio del siguiente link http://dlib.bc.edu/islandora/object/bc-ir:101298/datastream/PDF/view en formato PDF desde la biblioteca de Boston College. Es decepcionante que una tesis doctoral presentada en una universidad de USA haya sido redactada en español y que el teólogo principal investigado en ella, a saber J.B. Metz, no haya sido leído ni citado en su idioma original alemán, sino en español. Uno puede verificarlo en cada cita dentro del texto de la tesis, en la bibliografía enlistada al final de dicho escrito y en la traducción castellana de Metz utilizada por Ricardo carente de rigor académico. Un ejemplo de ello es la dificultad enfrentada por Ricardo, para traducir la expresión alemana »Leiden an Gott« utilizada por Metz. Ricardo se limita a comentar en la nota 162 al pie de página lo siguiente:

 

»De acuerdo a M. Ashley la expresión en alemana [sic] Leiden an Gott es complicada de traducirse en ingles [sic] y probablemente es intraducible al español«.1

 

En la misma página de dicho comentario traduce Ricardo esta expresión alemana al castellano como »sufrimiento hacia Dios«. Me pregunto, si él estaba desvelado al utilizar en este caso la preposición »hacia«. En lugar de ello es sugerente traducir dicha expresión como »sufrimiento cabe Dios« y remitirlo al »crucificado cabe la cruz«, cuya formulación alemana en nominativo es »Gekreuzigter an Kreuz« y aún mejor »der Gekreuzigte am Kreuz«. La contracción »am« une la preposición »an« y el artículo determinado neutro »das« cuyo dativo es »dem«. Por ello »an dem« es incorrecto en alemán y tanto oralmente como por escrito se contrae como «am». La preposición »hacia« no tiene nada que ver con la partícula alemana »an«, pues »hacia« es utilizada en alemán más bien con la preposición »in« seguida de acusativo en los verbos que implican movimiento, por ejemplo: »Ich gehe in die Universität« es decir »voy hacia la Universdad«. Su disertación carece tanto del índice de conceptos como también del índice de autores, cuya alfabetización es exigida al final de toda tesis doctoral con la especificación precisa de cada página donde aparecen dichos conceptos y autores.

 

En torno a los materiales publicados con motivo del Jubileo de los 150 años de la erección de la Diócesis de Zamora entonó Ricardo el estribillo „evocar“, „convocar“ y „provocar“ extraído del capítulo cuarto de su disertación y que estructura los tres principales incisos de su contenido. Para preparar el Jubileo Extraordinario de la Misericordia ha retomado materiales del tercer capítulo de su disertación originariamente redactados acerca del tema de la memoria y la compasión. En dicho capítulo cita el siguiente texto de la obra Memoria Passionis de J.B. Metz:

 

»La primera mirada de Jesús no se dirige al pecado, sino al sufrimiento de los demás. Para él, pecado era, sobre todo, renuencia a participar en el sufrimiento de los otros, negativa a trascender el oscuro horizonte de la propia historia de sufrimiento«.2 Y agrega: »Éstas han sido tal vez las palabras más reveladoras de mi búsqueda teológica en los últimos años de mi vida«.3

 

Conmovedoras pueden ser también las siguientes referencias de Ricardo al relato sobre la adolescencia de Metz y a la sensibilidad ante el sufrimiento en los orígenes del cristianismo:

 

»Al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando tenía 16 años, me sacaron de la escuela y me obligaron al servicio militar. Tras una rápida instrucción en los cuarteles de Würzburg, llegué al frente, que para entonces ya se había replegado más allá del Rin. La compañía estaba formada por gente joven, bastante más de cien. Una tarde el capitán me mandó con un mensaje al puesto de mando del batallón. Anduve perdido toda la noche por pueblos y caseríos destrozados por la artillería y en llamas y, cuando por la mañana volví a mi compañía, sólo encontré muertos; más exactamente, muertos destrozados por un ataque combinado de cazas y tanques. De todos ellos, con los que hasta el día anterior había compartido miedos de infancia y risas de juventud, ya sólo pude ver el rostro descompuesto, inerte. No recuerdo, de aquello, más que un grito callado. Y así me veo hasta el día de hoy. Tras ese recuerdo, además, desaparecieron todos mis sueños infantiles. Mi fuerte socialización bávaro-católica, de una confianza a prueba de fuego, había sufrido un desgarro. ¿Qué sucede cuando, en tales circunstancias, [...] ha ido uno no al psicólogo sino a la Iglesia, y ni por ella ni por la teología ha logrado uno librarse de aquellos recuerdos, con los que uno no se reconcilia, sino que pretende creer y hablar de Dios desde ellos?«.4

 

»Para Metz el cristianismo se originó como una comunidad de recuerdo y narración comprometida en el seguimiento de Jesús, cuya mirada primera estaba dirigida al dolor de los demás. [...]En los orígenes mismos del cristianismo esta preocupación fundamental heredada de Jesús sufrió una transformación: “la pregunta por la justicia para quienes sufren sin culpa fue reformulada en la pregunta por la redención de los culpables… la doctrina cristiana de la redención dramatizó en exceso la cuestión de la culpa y relativizó la cuestión del sufrimiento… el cristianismo, de ser una religión primordialmente sensible al sufrimiento, pasó a ser una religión primordialmente sensible al pecado.”«.5

 

A ello agrega Ricardo su interés por la memoria de los pueblos indígenas, de las mujeres, de las patronas samaritanas, que dan de comer a los migrantes, y de los crucificados que hay que bajar de la cruz.6 Con Metz propone la mística de ojos abiertos, para solucionar el típico problema del puente entre romanticismo y realidad.7 Benissimo, o mio babbino caro! 

 

Ad hominem et ad logicam: Ricardo!, quizá te resulte elocuente, hablar del dolor y sufrimiento desde un departamento de lujo ubicado en una zona exclusiva de Uruapan, mientras se quiebra tu voz emotivamente. ¿No te parece romántico, hablar de ello, mientras tienes las espaldas bien cubiertas por el confort y por tus vínculos a una élite cultural? Mi respuesta a esta pregunta es sencilla: Es mejor admitir dónde estamos y desde dónde hablamos, sin disfrazar nuestra condición de intelectuales bien educados con la máscara de la „com-pasión“ con apariencia de memoria passionis et resurectionis no en y desde el sufrimiento a là Metz, sino reducida a simple poética a là González en y desde el confort. Ergo, no es errónea la doctrina sobre el sufrimiento, sino el modo de hablar acerca de él en y desde el confort. Tú mismo sabes que la autoridad evangélica no sólo procede del conocimiento, ni del argumento o nombramiento, sino »del sufrimiento«.8

 

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1     Cfr. GONZÁLEZ SÁNCHEZ, Ricardo, Dangerous Memories in Time of Cultural Amnesia: Callenges for the Church in Mexico (Chestnut Hill, MA., 2010), p. 217.

2      Citado en ibd., p. 214. El mismo texto aparece con variaciones de traducción en la p. 155 y en id., »La Misericordia«, en La dimensión social de la Evangelización y la reconstrucción del tejido social: Instrumento de trabajo. VI Asamblea Pastoral Diocesana (VEP, Zamora 2015), p 30.

3      Id., Dangerous Memories..., p. 155.

4      Citado en ibid.,  p. 158-159.

5     Citado en ibd., p. 214 e id., »La Misericordia«..., p. 31.

6     Cfr. id., Dangerous Memories..., p. 178 y 230.

7     Cfr. ibid., p. 21, 159, 214, 216, 217, 225 y 285.

8     Ibd., p. 204.

 

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