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3. Peter van Inwagen y Eleonore Stump

 

3.1 La posibilidad metafísica de la resurrección de la carne

según Peter van Inwagen

 

 

El punto de partida narrativo de Inwagen relata una ilustrativa anécdota, cuyo valor es hipotético. Según Inwagen consiste su método en la narración de una anécdota y su propósito es la argumentación a favor de la posibilidad metafísica de la resurrección de la carne.

 

Según Inwagen no es la existencia de un criterio para la identidad personal de cada resucitado realmente un problema filosófico, sino que más bien muchos seres humanos no quisieran y no les convedría llegar a ser resucitados. Les parece la resurreción racionalmente ser tan imposible como la recuperación de un manuscrito, que había desaparecido, después de haber sido calcinado. A juico de  Inwagen parece, que la doctrina sobre la resurrección infringe el criterio para la identidad fisicalista. ¿Cómo puede un ser humano, cuyo cuerpo ha sido completamente aniquilado, llegar a ser reconstituido y resucitado con su misma identidad fisicalista? Según Inwagen es ello imposible, porque la completa aniquilación del cuerpo destruye irrevocablemente la cadena de causalidad. Inwagen defiente la siguiente tesis: quien“ llegaría a ser reconstituido, no sería un ser humano, sino una cosa con apariencia humana.1

 

Inwagen cree, que su hipótesis narrativa parece ser poco convicente. A causa de ello propone él hipotéticamente contra una supuesta interpretación „aristotélica“ de la doctrina cristiana sobre la resurrección los tres siguientes argumentos: 1) Un ser humano perverso podría destruir sus átomos, para que la resurrección de su carne fuese imposible. 2) Un ser humano perverso se podría convertir en un caníbal, para perder su identidad fisicalista por la resurrección. 3) Cada cambio fisicalista supone un cambio de identidad numérica. A consecuencia de ello sería cada resucitado un esquizofrénico.

 

En razón de la interpretación fisicalista de la supuesta filosofía „aristotélica“ concluye Inwagen, que la teoría aristotélica de cara a la Teología cristiana es adversa a la doctrina sobre la resurrección, incorrecta y superficialmente plausible. Además asegura él, que la reconstitución fisicalista de la carne es absolutamente imposible. Aún así profesa el credo sin lugar a dudas la doctrina sobre la resurrección de la carne. De acuerdo con la excéntrica hipótesis de Inwagen sería la resconstitución fisicalista posible si, y sólo si Dios sustituyese el cadáver de cada ser humano por un „simulacrum“.2 Según Inwagen requeriría ello por lo menos, que Dios proteja el núcleo fisicalista de la identidad de la persona, es decir el cerebro y el sistema nervioso central.

 

De acuerdo con Inwagen habría otros métodos posibles, pues lo más importante es el cumplimiento del plan de Dios, según el cual él quiere proteger el „γυμνὸν κόκκον“ (1Cor 15,37) o bien un „grano desnudo“ de cada persona. Parece, que Inwagen a grandes rasgos reduce la doctrina cristiana sobre la resurrección de la carne simplemente a una teoría de la reconstitución físico-química del cuerpo. Por lo demás distorsiona Inwagen el naturalismo moderado de Aristóteles, el que llega a ser interpretado tan sólo fisicalistamente.

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1    Cfr. INWAGEN, Peter van, The possibility of Resurrection and other essays in Christian apologetics

      (Boulder, Westview 1998), 47.

2.   Cfr. Ibid., 49.

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