LA MALDICIÓN DEL ANILLO
Adaptación basada
en el Anillo del Nibelungo
de Richard Wagner
con música de Queen
ROBERTO GARCÍA GONZÁLEZ
DR. DE FILOSOFÍA ALEMANA
Universität Innsbruck, Österreich
Tercera escena
Una pausa en el éxodo de Sieglinde
(En el estrado inferior del proscenio. Al centro, un lecho rocoso para Sieglinde. Siegmund y Sieglinde entran apresurados por el extremo izquierdo del anfiteatro, suben al estrado y se detienen en el centro para hacer una pausa. Sieglinde se ve agotada).
Siegmund: (Se da cuenta del cansancio de Sieglinde:)
¡Espera, Sieglinde! Hemos caminado demasiado. Ahora debes descansar. No tengas miedo. Yo velaré tu sueño,... junto a ti.
Sieglinde: Mientras tu amor me proteja... dormiré tranquila.
(Se recuesta en el lecho rocoso. Siegmund se inclina dulcemente junto a Sieglinde y permanece a su lado. La cabeza de Sieglinde reposa en las rodillas de Siegmund).
Siegmund: ¡Sieglinde!... ¡Te amo!
(Acerca dulcemente sus labios y besa con ternura a Sieglinde en la frente. Ésta cierra sus ojos y Siegmund los sella con un beso. Sieglinde comienza a dormir profundamente. Siegmund acerca su oído al pecho de Sieglinde y escucha el ritmo su corazón. Luego besa afablemente su pelo).
(Brünnhilde entra con cautela, y desde el extremo izquierdo sorprende a Siegmund con este saludo:)
Brünnhilde: ¡Que Dios salve a los héroes!... Ése ha sido el último beso del adiós, y el primer beso de la muerte. Con él ha comenzado el desenlace de tu destino.
Siegmund: (Sorprendido:)
¿Quién eres y qué quieres?
Brünnhilde: Soy Brünnhilde, y te quiero a ti. Sólo los condenados a muerte pueden verme. Ejecuto fielmente la voluntad de Wotan, tu padre y mío también.
Siegmund: (Reacciona defensivamente:)
¿Y quien va a matarme? ¡Adelante!... ¡Que me enfrente! Sabré defenderme victoriosamente.
Brünnhilde: Hunding te va a derrotar... y a asesinar.
Siegmund: ¡Jamás!... Lo humillaré con mi espada... (la blande).
Soy el hombre más fuerte.
Brünnhilde: Desde ahora ya no. Wotan ha despojado esa espada de sus legendarios poderes,... y a ti... te agobia el cansancio. El amor de Sieglinde ya no te va a fortalecer porque ella no te pertenece.
Siegmund: (Frenéticamente:)
No voy a morir. No aún.
Brünnhilde: Claro que sí. Wotan te condena a muerte. Y yo... no voy a protegerte.
Siegmund: Entonces,… (delibera)
...Sieglinde me acompañará.
(Empuña la espada contra el pecho de Sieglinde:)
La mataré mientras duerme.
Brünnhilde: ¡Espera!… En su seno guarda una valiosa prenda que tú has engendrado... Es un varón y se llamará Siegfried. Será el hombre más valiente del orbe.
Siegmund: (Con resolución:)
Entonces moriremos juntos los tres.
(Alza el arma para hundirla en el vientre de Sieglinde).
Brünnhilde: (Se conmueve compasivamente por ellos, cambia de planes e intempestivamente desvía el golpe con su espada:)
¡Detente, Siegmund!... Prefiero desobedecer a Wotan que contemplarlos muertos a ustedes tres. Rectificaré los planes del dios supremo... Pelea contra Hunding. Te protegeré y obtendrás la victoria.
(Blande la espada contra los cielos:)
¡Wotan, dios supremo! Me revelo contra ti y te desafío. No cumpliré tu voluntad.
(Sieglinde permanece recostada en el lecho del estrado, y profundamente dormida. Brünnhilde y Siegmund salen por el extremo derecho y suben al escenario por el acceso del anfiteatro).