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Artículos

​​​​SEXO DESVINCULADO 1/2​​

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​​​​​​Quizá seas en efecto muy joven, para leer este escrito,

pero es mejor que lo leas un año antes que un día después...

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El sexo da mucho que pensar y mucho que desear. El hecho que dé tanto que pensar y tanto que desear, da mucho más que pensar todavía. Para muchos el sexo se ha convertido en un rompecabezas y en un rompecorazones.

 

Aunque parece que mucha gente está obsesionada con la sexualidad, sin embargo sólo se interesa reductivamente por el sexo y específicamente por lo genital, en su sentido más epidérmico, como si éste fuera sólo un pasatiempo o un juguete para divertirse. A este fenómeno, que devalúa la sexualidad, se le ha llamado «sexo fragmentario», porque a muchos de hecho no les interesa una relación personal, sino únicamente alguna o algunas partes del cuerpo. ​

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Muchos dicen «amor» pero lo que quieren decir es «sexo». En este contexto, el sexo es un simple antidepresivo que uno utiliza cuando no hay algo mejor que hacer. Esta reducción del sexo a un trivial antídoto contra el aburrimiento, la expresaba un antiguo proverbio medieval así: «Los miserables no tienen otro pasatiempo mejor que la cópula». También es cierto, que muchos no están habitualmente preocupados por acostarse con alguien. A éstos les interesa más la sexualidad humana en su conjunto que el sexo fragmentado.

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