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1. ¿ES RAZONABLE SER ATEO?

Argumentos pro y contra la Ateo-logía

1.7 NEGACIÓN DE UNA REVELACIÓN DIVINA

 

El nuevo ateísmo es un gnosticismo, que separa la fe de la historia. Esta mentalidad rechaza cualquier concepción personal de la divinidad (las imágenes antropomórficas de Dios les resultan insoportables) y niegan también cualquier posibilidad de una revelación sobrenatural. — Argumento de la pluralidad de religiones Una primera objeción a una revelación se fundamenta en el hecho de que exista una pluralidad de religiones. Comte-Sponville ha expresado claramente la dificultad en estos términos: «¿De qué revelación se trata? ¿La Biblia? ¿Con o sin el Nuevo Testamento?, ¿el Corán?, ¿los Vedas?, ¿el Avesta?, ¿y porqué no las sandeces de los raelitas? Las religiones son innumerables. ¿Cómo elegir?, ¿cómo conciliarlas?»117 . Hitchens adopta una posición relativista, desde el supuesto de que la religión es un subproducto de la cultura. Por razones políticas, dice, acabamos adoptando una mutación del judaísmo conocida como cristianismo, pero «podríamos haber acabado siendo fieles incondicionales de otra fe absolutamente distinta, tal vez de algún culto hindú, azteca o confucionista»118 . — Negación del carácter revelado de los libros sagrados Con el fin de mostrar la imposibilidad de una revelación divina, los nuevos ateos se fijan en los libros sagrados, especialmente los cristianos, subrayando que son obra solamente humana. «La confección de los libros llamados sagrados —escribe Onfray— se origina en las leyes más elementales de la historia. Deberíamos abordar estos libros con ojo filológico, histórico, filosófico, simbólico, alegórico y todos los otros calificativos que nos eximan de creer que dichos textos fueron inspirados y elaborados bajo el dictado de Dios. Ninguno de estos libros fue revelado»119 . Uno de los argumentos que usan es fijarse en las contradicciones y discrepancias de los textos sagrados. La Biblia es un libro heterogéneo —dice Harris— que se contradice continuamente y permite así justificar actos diversos e irreconciliables120. Lo más sorprendente es la lectura fundamentalista de la Biblia que realizan. Se acercan a la Biblia como curiosos que la miran con sus métodos científicos, sin respetar su texto ni tener en cuenta los géneros literarios ni las aportaciones de la exégesis contemporánea. Hitchens cree que la fe se basa por entero en una lectura literal de la Biblia, por lo que las discrepancias en las narraciones de la infancia de Jesús probarían la falsedad del cristianismo121 . Harris piensa que si la Biblia fuera producto de un ser omnisciente no tendría errores matemáticos obvios y hablaría de cosas como la electricidad, el ADN o la cura para el cáncer. El hecho de que no contenga ninguna frase que no pudiera haber escrito un ser humano, se considera prueba contra su origen divino122 . Es especialmente llamativa la comprensión de inspiración que manejan. Estos autores entienden la autoría divina como una especie de dictado. Onfray piensa que el creyente afirma que la Escritura no tuvo autor humano y que sus libros fueron dictados directamente por Dios123. Desde estas premisas, cuando descubren en los textos sagrados dependencias de la historia o de la cultura de la época en que se escribieron, dicen que no pudieron ser escritos por Dios. Hitchens piensa que si Dios hubiera escrito la Biblia, no contendría errores históricos ni principios morales progresivos124 . — Duda sobre la historicidad de Jesús Con el fin de cuestionar la apelación cristiana a una revelación en Jesucristo, los nuevos ateos siembran la duda sobre su historicidad. Dawkins dice con aparente prudencia que «es posible montar un caso histórico serio, aunque no ampliamente apoyado, en el que Jesús no hubiera existido en absoluto»125. Hitchens da un paso más al decir que es «muy cuestionable»126. En un capítulo titulado «la construcción de Jesús» dice de modo apodíctico Onfray: «La existencia de Jesús no ha sido verificada históricamente. Ningún documento de la época, ninguna prueba arqueológica ni ninguna certeza permite llegar a la conclusión, hoy en día, de que hubo una presencia real que mediara entre dos mundos y que invalidara uno nombrando a otro»127 .

 

La base para negar la historicidad de Jesús es la supuesta carencia de fiabilidad histórica de los evangelios. Sus afirmaciones, según Dawkins, no son conclusiones de estudios serios, sino axiomas establecidos: «Nadie sabe quiénes fueron los cuatro evangelistas, pero casi con seguridad que ninguno de ellos conoció a Jesús personalmente. Gran parte de lo que escribieron no es, en ningún sentido, un intento honesto de relatar la historia»128. La misma línea sigue Onfray: los evangelios son obras de propaganda, prosa novelesca quedesprecia la historia, escritos por personas que no conocieron a Jesús en persona129. Tanto Dawkins como Onfray acaban repitiendo la tesis nietzscheana de que fue san Pablo el que inventó el cristianismo130 . En este punto parece que los ateos han perdido toda equidad. Niegan la autenticidad de los evangelios sin ofrecer ninguna prueba; dicen que los evangelios canónicos se escogieron más o menos arbitrariamente entre una docena de posibles contendientes, sin tener en cuenta el consenso de la Iglesia primitiva sobre este punto; sugieren que los evangelistas engañan con sus narraciones, ¿y nadie les refutó? No temen hacer el ridículo ante toda la crítica histórica al negar toda historicidad a Jesús y valor a los evangelios.

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