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INTRODUCCIÓN

a la Ateo-logía

1. Ateo-logía reconciliada con la finitud

También el ateo tiene derecho a justificar con el ›λóγος‹, es decir con la „razón“, con la „palabra“, con la „proposición“ y el „tratado“, su postura filosófica mediante una Ateo-logía, sin que su cosmovisión sea connotada peyorativamene con el sufijo „ismo“. Por ello parece ser correcto, distanciarse de la expresión „nuevo ateísmo”. Ésta es propiamente una etiqueta convencional, para designar un conjunto amplio de tendencias, cuya crítica a la religión ha influido en el modo de pensar y vivir de muchos seres humanos en las recientes décadas. El mal llamado „nuevo ateísmo” es a veces más bien un modesto agnosticismo, el cual no alardea ni reniega de su nombre. Simplemente se da por satisfecho, al tomar en serio las implicaciones de la finitud de la existencia. Los pensadores ateó-logos defienden su postura filosófica con ayuda de argumentos inspirados más bien por los datos empíricos de las Ciencias Naturales que por las abstracciones de la Metafísica y la Moral.

En este contexto justifican con modestia epistemológica las razones científico-naturales, según las cuales las probabilidades de la existencia de Dios son muy pocas, si bien no la refutan con argumentos irrebatibles. A menudo intentan fundamentar, que uno puede actuar bien, ser moralmente bueno y darle sentido a la vida, aunque permanezca alejado de cualquier religión.

De esta manera, según ellos, sin fe es posible mover montañas, pues para ello basta la técnica. Estos pensadores exigen además a los creyentes, que como signo de tolerancia a la cosmovisión atea, renuncien al intento de imponer a las minorías ateas sus convicciones religiosas y morales.

 

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