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1. ¿ES RAZONABLE SER ATEO?

Argumentos pro y contra la Ateo-logía

1.3 LA RELIGIÓN ES INMORAL

 

Otra tesis característica del nuevo ateísmo, relacionada con la anterior, es aquella que sostiene que la religión es inmoral. Con ello avanzan un paso sobre el ateísmo clásico. La religión ya no aparece sólo como irracional, sino como profundamente inmoral. Ciertamente, es posible reconocer inmoralidades en la historia de las religiones (sacrificios humanos, cultos orgiásticos, etc.) pero la tesis de los ateos contemporáneos va más lejos, al sostener que toda religión es inmoral. Esta tesis se articula en diversas afirmaciones: — La moralidad no exige creer en Dios Una primera afirmación es que no necesitamos ideas religiosas que nos motiven para llevar una vida ética. Como dice Onfray, es preciso desmontar la tesis de que «si Dios no existe, todo está permitido» y mostrar que Dostoievski se equivocó. En realidad, «porque Dios existe, entonces todo está permitido». La creencia en la existencia de Dios no ha hecho más morales a los hombres. En nombre de Dios se ha causado odio y sangre. «Es hora de que se deje de asociar el mal del planeta con el ateísmo. La existencia de Dios, me parece, ha generado en su nombre más batallas, masacres, conflictos y guerras en la historia que paz, serenidad, amor al prójimo, perdón de los pecados o tolerancia»72 . La religión —dice Hitchens— no sirve para que las personas se comporten mejor. Si comparamos las aportaciones a la vida pública de los creyentes y de los ateos, «hasta un vistazo somero de todos los datos revelará, que persona a persona, los librepensadores, agnósticos y ateos salen mejor parados»73. Es más, «cuanto peor es el infractor, más devoto resulta ser»74 . Comte-Sponville, por su parte, se esfuerza en mostrar que la muerte de Dios no exige renunciar a todos los valores que antaño se proclamaban en su nombre. Estos valores no tienen necesidad de Dios para subsistir. «En todas las grandes cuestiones morales, excepto para los integristas, creer o no creer en Dios no cambia en nada lo fundamental»75. Quien carece de fe no se vuelve incapaz de percibir la grandeza humana de estos valores, su importancia, su fragilidad y su urgencia. En realidad se muestra conforme con Kant: «ya no es la religión la que funda la moral, sino la moral la que funda la religión»76 . — La repugnante moral de las religiones El siguiente paso es mostrar que la religión es inmoral. En muchos aspectos —sostienen estos autores— la religión no es sólo amoral, sino positivamente inmoral. Las religiones fomentan un sistema moral «repugnante». Hay una razón profunda para la inmoralidad de la religión, que está vinculada con el racionalismo a ultranza de estos autores: creer en Dios supone una violación de nuestro deber moral de ser racionales. El mismo hecho de creer resulta entonces inmoral, porque es malo creer algo sin pruebas suficientes. Harris acusa directamente a la religión de provocar buena parte del sufrimiento humano. Las creencias absurdas sobre el alma humana impiden la investigación en células madre provocando sufrimiento en el ser humano; las ideas sobre el aborto o sobre el uso de preservativos sólo causan dolor en las personas; la pretensión de controlar los instintos provoca una perversión de la sexualidad humana77. En consecuencia, sostiene que «una crítica honesta de la fe religiosa sea una necesidad moral e intelectual»78 . — La Biblia no puede ser fuente de moralidad De manera específica atacan a la Sagrada Escritura como fuente de moralidad. Ya hemos visto que el Dios bíblico aparecía como inmoral. Quien desee fundamentar su moral en la Escritura —dicen— es que no la ha leído o no la ha entendido. Dawkins sostiene que nadie puede derivar su moral de la Escritura, porque contiene numerosos relatos y mandatos que hoy consideraríamos inmorales, incluyendo el Nuevo Testamento y la «repelente doctrina» de la expiación por los pecados79 . Desde esta visión, consideran que en realidad las personas religiosas no derivan sus criterios morales de la Escritura. Al contrario, son nuestras intuiciones morales las que seleccionan unos pasajes de la Biblia y relegan otros. Escribe Harris: «Nosotros decimos lo que hay de bueno en el Buen Libro (la Biblia)»80 . — Explicación biológica de la moralidad Pero entonces, ¿cómo explicar la moralidad? Según Dawkins somos morales porque nuestros genes han dado forma a organismos humanos cuyo comportamiento virtuoso ha aumentado la probabilidad de que sus genes sobrevivan a la generación futura. El altruismo aparece en la evolución (p. ej. en las colonias de hormigas). La moralidad es sólo fruto del deseo de inmortalidad de nuestros genes. Curiosamente, encontramos una postura semejante en un autor más moderado como ComteSponville: «La selección natural puede bastarse para explicar que seamos capaces de amor y de valentía, de inteligencia y de compasión: se trata de otras tantas ventajas selectivas que vuelven más probable la transmisión de nuestros genes»81 . Para Harris nuestras intuiciones morales tienen también su raíz en la biología y están conectadas con la pregunta por la felicidad y el sufrimiento de las criaturas conscientes. El amor, que es una de nuestras fuentes de felicidad, consiste en preocuparnos por la felicidad de los demás, lo cual nos hace sentirnos bien. Ahora bien, «el guardián del amor» es la razón82 . Este recurso a la biología para explicar la moralidad humana resulta, sin embargo, un fracaso. Aunque quieren explicarlo todo naturalmente, estos autores acaban admitiendo que hace falta algo más. ¿De dónde procede el contenido de la moralidad? ¿Cómo un proceso ciego (evolución) puede explicar que el amor o la solidaridad sea una virtud? La pregunta por cuál es la fuente de la moralidad queda sin responder.

 

La pregunta pertinente es desde qué valores juzgan a las religiones, sobre qué base consideran que Dios no es «bueno». Para realizar este juicio se precisan unos valores y criterios absolutos, pero, si Dios no existe, no hay criterios ni valores absolutos83. El universo sin Dios que propugnan los nuevos ateos se torna, al fin y al cabo, en un universo sin sentido moral. Si la moral no puede encontrar un fundamento en la naturaleza, sólo queda la apelación a la subjetividad y al consenso.

 

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