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DIÓCESIS DE ZAMORA

JUBILEO TRAS 150 AÑOS DE IDEOLOGÍAS DEL PODER

LA BASURA SUBE MIENTRAS HAY BORRASCA 10/20

 

 
10. Fernando Mercado Agustín
 
Fuimos compañeros desde el Seminario Menor. Fernando debía estudiar mucho para al final obtener un ocho como calificación. Por eso no me extrañó, que al terminar su periodo de estudio en la Universidad Pontificia de México no haya terminado su Tesis de Licencia ni presentado su examen complexivo de titulación. Debido a ello no existe ningún escrito suyo en el catálogo de la biblioteca de la UPM hasta el momento. Si quiere absolver sus estudios, ahora tiene que volver a empezar con los nuevos programas de Licencia en Filosofía y volver a reinscribir otro asunto como tema de investigación según la normas de la Universidad.
 
Siempre fue rencoroso y vengativo, incluso en los exámenes reprobaba alumnos a su antojo. Por esta razón muchos seminaristas abandonaron el seminario por sus simples caprichos. Bastaba como pretexto, que los alumnos lo derrotaran en un torneo deportivo, para expulsarlos del Seminario. Imagínense que un monstruito así haya decidido el futuro de los seminaristas. Recientemente ha imitado otro formador del Seminario su estragegia y una cantidad, que supera el record de cualquier otra etapa en la historia de la Diócesis, ha abandonado esta casa de formación. Afortunadamente Fernando ha sido removido de su oficio como vicerrector.
 
Durante su larga estancia en las diversas instancias de formación del Seminario se ha convertido en la causa principal de la escasez de vocaciones durante las últimas generaciones egresadas de dicha institución. Los promotores vocacionales cumplían en efecto bien su labor al llevar al Seminario un buen número de candidatos al presbiterado, pero Fernando con su compulsión arbitraria dejó cada generación en las últimas dos décadas con escasos sacerdotes ordenados. Mientras el pueblo de Dios oraba con fe por las vocaciones, ¡el Señor ha estado grande con nosotros! y en efecto era generoso al enviar obreros a su mies, pero los caprichos de Fernando vaciaban los graneros del Seminario. Quizá valga también para este caso el dicho: Uno pone, Dios dispone y el diablo lo descompone.
Son famosos los vicios repetitivos de sus clases, de modo que al final los alumnos salen mareados. Sé que utiliza mis apuntes para dar sus clases. Está clara la falta de creatividad intelectual y la pereza en la investigación. El problema es que interpreta mal mis textos y enreda a los alumnos.

 

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