DIÓCESIS DE ZAMORA

JUBILEO TRAS 150 AÑOS DE IDEOLOGÍAS DEL PODER​​

LA BASURA SUBE MIENTRAS HAY BORRASCA 4/20

 

 

4. Francisco Valencia Ayala, el Señor Violencia

 

El poder no nos hace malos, sólo exhibe lo que siempre hemos sido. Tarde se le hacía para ostentar ante todo el Seminario de Jacona que él era el recientemente elegido Administrador Diocesano de Zamora. Desde ese momento resucitó en sus entrañas el ave Fénix del poder y parecía Marozia, la dama romana, que durante la pornocracia fue amante del Papa Sergio III con el fin de dominar toda la política papal, fue madre del papa Juan XI e intervino en el asesinato de varios papas. Hasta parecía el Sr. Violencia más joven y más sano. Después vino la debacle de su autoridad moral, cuando en el teatro del Seminario durante un serio cuestionamiento de sus decisiones por parte del presbiterio llegó a expresar su prohibición tajante de que sus decisiones fueran criticadas en privado y en público. Y agregó: ¡Yo delego sólo a Dios el juicio de mi conciencia! Ésta es una de las expresiones más falsas de la Modernidad sobre una idea equivocada de una conciencia solitaria y antisolidaria. Además refleja una actitud de soberbia moral que no puede conducir a la santidad.

 

Nunca aceptó con obediencia el nombramiento del P. Jorge Medina como nuevo Vicario General y mucho menos el posterior nombramiento del P. Salvador Núñez López mientras abanderaba el pretexto, según el cual Núñez no conocía al clero zamorano, entre otras pseudorazones. Francisco Valencia escribe sobre ello de la siguiente manera:

 

"Concedió una audiencia el Sr. Obispo [Suárez] a los padres Jesús Contreras, Raúl Ventura, Germán Cobos, Armando Flores, Manuel Méndez, Florencio Magaña y Fco. Valencia. Se expuso al prelado que el presbiterio no aceptará al nuevo vicario, porque no llena las condiciones del oficio, que nos sentíamos confundidos con el nombramiento, que aún no conoce al clero [...]".1

 

Ciertamente estos presbíteros y sus amigos nunca aceptaron al P. Núñez y la condición que faltaba al P. Núñez era no ser amigo de ellos. Cuando él nos visitó en la sala de reuniones del Seminario lo trataron con desaire y rechazo. Lo más importante del texto anterior es el autotestimonio de las estrategias de poder utilizadas por este grupúsculo para influir en las decisiones del Obispo evadiendo incluso los organismos canónicos como el Consejo Presbiteral y el Colegio de Consultores. Lo cual es ilegal. En la siguiente parte explicaré cómo la Zafada Familia intentó hacer renunciar al P. Raúl Duarte como rector del Seminario de Zamora.

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VALENCIA AYALA, Francisco, Apuntes para la historia de la Diócesis de Zamora 1975-2000: II Parte, p. 152.