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ÉTICA DE LA RENUNCIA

AL PODER

 

LA INTERACCIÓN DE LA CONCIENCIA

EN EL MARCO DE LA SOLIDARIDAD CON LAS VÍCTIMAS

 

Secuela de mi disertación doctoral

en el contexto de nuestro México violento y convulso

 

2.1 ACCIÓN COMUNICATIVA, TIPOS DE INTERACCIÓN

Y CONCIENCIA HUMANA

 

En este inciso se deja precisar el vínculo de la acción comunicativa con otros tipos de interacción y con la conciencia humana de la siguiente manera: de acuerdo con la acción comunicativa puede uno reconstruir plausible y coherentemente tanto las etapas ›pre-‹ y convencionales –es decir los dos tipos de interacción previos a la interacción postconvencional– como también las etapas de desarrollo de la conciencia moral, cuya coherencia filosófica se deja corroborar y comprobar independiente y empíricamente por la Psicología del Desarrollo de la conciencia de Kohlberg y Piaget.

 

Si bien la Psicología no es menos falible que la Filosofía, muestra la conciliabilidad de los resultados independientes del trabajo conjunto entre la Ética habermasiana del discurso y la Psicología del desarrollo en sus puntos de vista recíprocos un principio de coherencia. Según Habermas han propuesto el mismo Kohlberg y sus colaboradores respecto a la conciencia cognitiva plausiblemente una teoría del desarrollo psicológico de la habilidad para el juicio moral o bien una teoría de la base psicológica de la conciencia moral, cuyos resultados compaginan sin duda con la reconstrucción teorético-discursiva del desarrollo de la conciencia moral. De acuerdo con ello confirman dichos resultados, que relativistas concepciones morales se dejan explicar a la luz de fundamentos universales de la habilidad para juzgar moralmente (1) y aquéllos comprueban independientemente de la Ética del discurso la existencia de ciertas diferencias entre las distintas etapas de desarrollo de la habilidad para el juicio moral (2).

 

1) Como ha sido dicho, la teoría de Kohlberg comparte con la teoría habermasiana de la acción fundamentos universales, los que también llegan a ser considerados como presupuestos básicos de la Ética del discurso. En los siguientes tres puntos de vista coinciden ambas teorías: a) en los fundamentos cognitivos de los juicios morales contra el escepticismo ético, a saber b) en pretensiones universales a validez general de los juicios morales por encima del relativismo ético; y c) en principios formales por encima de los contenidos materiales de valor de las éticas teleológicas. En razón del formalismo de estos principios deontológicos se deja la Ética del discurso designar como ›Procedimentalismo‹, es decir como una Ética formal con procesos de formación de la voluntad y procedimientos discursivos de argumentación; los que según Kohlberg exigen reversibilidad de los fundamentos aportados, universalidad o bien inclusión de todos los afectados y reciprocidad del reconocimiento mutuo por parte de cada implicado.

 

2) En relación al desarrollo de la habilidad para el juicio moral distingue Kohlberg los siguientes tres niveles y seis etapas socio-cognitivas, las que resultan según la lógica del desarrollo de Piaget a partir del progresivo desempeño constructivo del proceso de aprendizaje desde la infancia a través de la juventud hasta la edad adulta:

 

A) Nivel preconvencional

 

  • Etapa 1: Moralidad heterónoma de castigo y obediencia

  • Etapa 2: Necesidades individuales, intereses instrumentales e intercambio

 

B) Nivel convencional

 

  • Etapa 3: Conformidad, relaciones y expectativas mutuas

  • Etapa 4: Sistema social y conciencia de obligaciones sociales

 

C) Nivel postconvencional o bien dirigido de acuerdo con principios

 

  • Etapa 5: Derechos individuales, contrato social o bien utilidad

  • Etapa 6: Universales principios éticos

 

Si bien estos procesos de aprendizaje parten de la acción estratégica del castigo y de la obediencia durante la infancia, se deja transformar la moralidad heterónoma de la acción regulada por normas durante la edad adulta por principios fundantes de normas. Después de ello posibilitan dichos procesos de aprendizaje mediante la argumentación progresivamente una transición continua desde la acción regulada por normas hacia el discurso verificativo de normas con el fin de la formación de la voluntad.

 

Aunque la teoría de Kohlberg analiza lógicamente las relaciones recíprocas entre las perspectivas de aprendizaje socio-cognitivas y las etapas de desarrollo de la habilidad para el juicio moral, se sustraen estas relaciones de hecho a un análisis exclusivamente lógico. Por cierto despliega el análisis de Kohlberg la estructura, jerarquía y serie consecutiva de la lógica del desarrollo de la habilidad para juzgar moralmente de acuerdo con las siguientes perspectivas del aprendizaje socio-cognitivas: transición desde el punto de vista egocéntrico hacia la perspectiva individualista, establecimiento de relaciones interpersonales con otros individuos y transición hacia el enfoque centrado en el sistema, diferencia establecida entre el punto de vista del derecho socialmente regulado por normas y el punto de vista moral y adopción del punto de vista moral para la fundamentación del intercambio intersubjetivo.

 

Según Habermas implica la lógica del desarrollo de la serie arriba considerada una concepción indefinida y jerárquica, la que además confunde las condiciones socio-cognitivas para los juicios morales con las estructuras socio-morales de estos juicios mismos. Por esta razón complementa Habermas en efecto con ayuda de la propuesta psicológica de Robert L. Selman, el que analiza las etapas de adopción de perspectivas de acción, las perspectivas de aprendizaje socio-cognitivas de la teoría de Kohlberg, pero según Habermas todavía no basta esta complementación para la justificación y fundamentación de las etapas morales del desarrollo de la conciencia. Por ello propone Habermas una reconstrucción teorético-discursiva como solución del problema de dicha justificación.

 

Resumiendo se deja decir, que Habermas reconstruye en el marco de la teoría de la acción comunicativa tanto los perspectivas sociales de aprendizaje de la teoría de Kohlberg como también las perspectivas de acción de la propuesta de Selman, para justificar las etapas morales del desarrollo de la conciencia. En este contexto vale la kohlbergiana descripción empírica de la lógica del desarrollo de la conciencia psicológica como una teoría sobre el desarrollo del aprendizaje de la habilidad para juzgar moralmente, la que es considerada como base de la conciencia moral, desde la infancia a través de la juventud hasta la edad adulta y se deja complementar por las selmanianas etapas de la adopción de perspectivas de acción.

 

A partir de las propuestas psicológicas de Kohlberg y Selman aporta Habermas su contibución universalpragmática para la vertical reconstrucción normativa del comportamiento de competencia y cooperación y de la acción estratégica y de la acción regulada por normas como tipos de interacción diaria de las etapas ›pre-‹ y convencionales, las que anteceden de hecho a la etapa ›postconvencional‹ de la acción comunicativa, y para la justificación de las etapas de desarrollo de la conciencia moral.

 

Con ayuda de la teoría de la acción comunicativa, cuyo concepto tanto intenciones expresivas y relaciones interactivas implica como también contenidos cognitivos y acuerdos intersubjetivos, pone Habermas las etapas morales, socio-cognitivas de las perspectivas de aprendizaje de la teoría kohlbergiana en conexión con los tipos de interacción estratégicos y regulados por normas de la propuesta de Selman. De esta manera se transforma la así llamada ›cognición social‹ o bien los procesos de aprendizaje socio-cognitivos en moral interpersonal o bien en interacción regulada por normas de tal modo, que Habermas a partir de la reconstrucción de estos cognitivos y morales conceptos fundamentales coherentemente puede subscribir a los tipos de interacción ›pre-‹, ›post-‹ y convencionales las etapas de cognición socio-moral, para justificar y fundamentar las etapas de desarrollo psicológico de la habilidad para el juicio moral y de la conciencia.

 

Según Habermas requiere dicha fundamentación en primer lugar, especificar la co-pertenencia conceptual del mundo social y de la acción regulada por normas, pues ésta sirve de base para una comprensión del mundo descentrada, de cuyos elementos destaca el mundo social (1). Después de ello reconstruye Habermas a partir de las perspectivas de acción selmanianas las dos primeras etapas de los tipos de interacción; a saber en el primer caso el comportamiento preconvencional de competencia y cooperación y en el otro caso la acción estratégica dirigida por normas; la que pertenece a la etapa convencional de los tipos de interacción (2). En este contexto tematiza Habermas las condiciones universales para una comunicación encaminada al acuerdo, ya que la acción comunicativa como tercer tipo de interacción en el marco del mundo social tiende al acuerdo, y fundamenta el punto de vista moral de las etapas de desarrollo de la habilidad para juzgar moralmente (3). Según Habermas debe esta fundamentación aún así tomar en consideración incondicionalmente algunas dificultades, las que lo retan, a acreditarse ante determinados supuestos de la teoría de Kohlberg (4). A continuación se deja explicar la relación del mundo social con la acción regulada por normas.

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