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OTROS PROMINENTES

Mexicanos participantes

en la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos

octubre de 2015

 

I. Miembros de nómina pontificia

 

  • Mons. Carlos AGUIAR RETES, arzobispo de Tlalnepantla y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano.

  • Cardenal Alberto SUÁREZ INDA, arzobispo de Morelia.

  • Mons. Gerardo Alonso GARZA TREVIÑO, obispo de Piedras Negras.

 

II. Elegidos por la Conferencia del Episcopado Mexicano

 

  • Mons. Rodrigo AGUILAR MARTÍNEZ, obispo de Tehuacán.

  • Cardenal Norberto RIVERA CARRERA, arzobispo de México.

  • Mons. Alfonso Gerardo MIRANDA GUARDIOLA, obispo auxiliar de Monterrey.

  • Cardenal Francisco ROBLES ORTEGA, arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia Episcopal.

 

III. Auditores

 

  • Sra. Clara Gertrudiz RUBIO DE GALINDO y Sr. Andrés Salvador GALINDO LÓPEZ, Secretarios ejecutivos de la Comisión Episcopal para la Familia de la Conferencia Episcopal; Secretarios del CELAM para la Zona de México-Centroamérica.

 

IV. Asistentes

 

  • Rev. Édgar ESTRADA.

  • Rev. César GARCÍA SALAZAR.

  • Diac. Luis RAMÍREZ ALMANRA, L.C.s.

 

 

Carta de los trece cardenales al Papa

traducción castellana

 

a 05 de octubre de 2015

 

Vuestra Santidad,

Mientras inicia el Sínodo sobre la familia, y con el deseo de veros servir provechosamente a la Iglesia y a vos en su ministerio, respetuosamente os pedimos que toméis en consideración una serie de preocupaciones que tienen otros padres sinodales y que nosotros compartimos.

Si bien el documento preparatorio del Sínodo, el "Instrumentum laboris", tiene puntos admirables, también tiene secciones que se beneficiarían de una sustancial reflexión y reelaboración. La nueva metodología que guía el sínodo parece asegurar una excesiva influencia sobre las deliberaciones del sínodo y el documento sinodal final. Tal y como está, y dada la preocupación que han expresado muchos padres acerca de varias secciones problemáticas del mismo, el "Instrumentum" no puede servir de manera adecuada como texto guía o fundamento de un documento final.

Algunos ambientes considerarán que a la nueva metodología sinodal le falta apertura y genuina colegialidad. En el pasado, el método de presentar propuestas y votarlas tenía como valioso fin saber la posición de los padres sinodales. La ausencia de propuestas y de las correspondientes discusiones y votaciones parece desalentar un debate abierto y limitar las discusiones a los "circoli minori"; por consiguiente, nos parece urgente que se restablezca la redacción de propuestas que deberán ser votadas por todo el sínodo. Votar un documento final llega demasiado tarde en el proceso para una revisión total  del mismo y para un ajuste serio del texto.

Además, la falta de participación de los padres sinodales en la composición del comité de redacción ha creado un notable malestar. Sus miembros han sido nombrados, no elegidos, sin consulta previa. Del mismo modo, cualquiera que forme parte de la redacción de cualquier texto a nivel de los "circoli minori" debería ser elegido, no nombrado.

A su vez, estos hechos han creado el temor de que la nueva metodología no siga el espíritu tradicional y la finalidad de un sínodo. No se entiende la necesidad de estos cambios en la metodología. A un determinado número de padres les parece que la nueva metodología está configurada para facilitar unos resultados predeterminados sobre cuestiones importantes que son objeto de controversia.

Por último, y es tal vez lo más urgente, varios padres han expresado su preocupación de que un sínodo planificado para afrontar una cuestión pastoral vital -reforzar la dignidad del matrimonio y la familia- pueda llegar a estar dominado por el cuestión teológico/doctrinal de la Comunión [sacramental] a los divorciados y civilmente redesposados. Si así fuera, esto inevitablemente levantaría cuestiones aún más fundamentales sobre cómo la Iglesia, en su camino, debería interpretar y aplicar la Palabra de Dios, sus doctrinas y sus disciplinas a los cambios en la cultura. El colapso de las iglesias protestantes progresistas en la época moderna, acelerado por su abandono de los elementos clave de la fe y de la práctica cristiana en nombre de la adaptación pastoral justifica una gran cautela en nuestras discusiones sinodales.

Vuestra Santidad, os ofrecemos estos pensamientos en un espíritu de fidelidad y os agradecemos que los toméis en consideración.

Fielmente vuestros en Jesucristo,

 

Lista provisional de los firmantes

por orden alfabético:

1. Carlo Caffarra, arzobispo de Bolonia, Italia, teólogo, anteriormente presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia;
2. Thomas C. Collins, arzobispo de Toronto, Canadá;
3. Daniel N. Di Nardo, arzobispo de Galveston-Houston y vicepresidente de la conferencia episcopal de los Estados Unidos;
4. Timothy M. Dolan, arzobispo de Nueva York, Estados Unidos;
5. Willem J. Eijk, arzobispo de Utrecht, Holanda;
6. Gerhard Ludwig Müller, anteriormente obispo de Ratisbona, Alemania y desde 2012 Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe;
7. Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban, Sudáfrica, presidente delegado del sínodo en curso como ya lo fue de la sesión precedente de octubre de 2014;
8. John Njue, arzobispo de Nairobi, Kenia;
9. George Pell, arzobispo emérito de Sydney, Australia y desde 2014 Prefecto en el Vaticano de la Secretaría de Economía de la Santa Sede;
10. Robert Sarah, anteriormente arzobispo de Conakry, Guinea, desde 2014 Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y coautor del libro África: Nuevo hogar de Cristo. Contribución al Sínodo de la Familia por pastores africanos (Ignatius Press, San Francisco junio de 2015);
11. Jorge L. Urosa Savino, arzobispo de Caracas, Venezuela.

 

Se han deslindado: Angelo Scola, André Vingt-Trois, Mauro Piacenza y Péter Erdő

 

Carta de los trece cardenales al Papa

texto original

 

Your Holiness,

As the Synod on the Family begins, and with a desire to see it fruitfully serve the Church and your ministry, we respectfully ask you to consider a number of concerns we have heard from other synod fathers, and which we share.

While the synod’s preparatory document, the "Instrumentum Laboris," has admirable elements, it also has sections that would benefit from substantial reflection and reworking.  The new procedures guiding the synod seem to guarantee it excessive influence on the synod’s deliberations and on the final synodal document.  As it stands, and given the concerns we have already heard from many of the fathers about its various problematic sections, the "Instrumentum" cannot adequately serve as a guiding text or the foundation of a final document.

The new synodal procedures will be seen in some quarters as lacking openness and genuine collegiality.  In the past, the process of offering propositions and voting on them served the valuable purpose of taking the measure of the synod fathers' minds.  The absence of propositions and their related discussions and voting seems to discourage open debate and to confine discussion to small groups; thus it seems urgent to us that the crafting of propositions to be voted on by the entire synod should be restored. Voting on a final document comes too late in the process for a full review and serious adjustment of the text.

Additionally, the lack of input by the synod fathers in the composition of the drafting committee has created considerable unease. Members have been appointed, not elected, without consultation.  Likewise, anyone drafting anything at the level of the small circles should be elected, not appointed.

In turn, these things have created a concern that the new procedures are not true to the traditional spirit and purpose of a synod.  It is unclear why these procedural changes are necessary.  A number of fathers feel the new process seems designed to facilitate predetermined results on important disputed questions.

Finally and perhaps most urgently, various fathers have expressed concern that a synod designed to address a vital pastoral matter – reinforcing the dignity of marriage and family – may become dominated by the theological/doctrinal issue of Communion for the divorced and civilly remarried.  If so, this will inevitably raise even more fundamental issues about how the Church, going forward, should interpret and apply the Word of God, her doctrines and her disciplines to changes in culture.  The collapse of liberal Protestant churches in the modern era, accelerated by their abandonment of key elements of Christian belief and practice in the name of pastoral adaptation, warrants great caution in our own synodal discussions.

Your Holiness, we offer these thoughts in a spirit of fidelity, and we thank you for considering them.

Faithfully yours in Jesus Christ.

 

Vínculo matrimonial y familias en situaciones complejas

 

Desafíos de la caridad para la Iglesia y Sínodo de los Obispos sobre la Familia
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