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2. Llegan a ser „una carne“

en razón del matrimonio 4/5

Comentario a Gn 2,24 por Mag. Dr. Dr.

René Gehring

Pastor y conferencista

 

 

2.2.4 Análisis de Gn 2,25

 

El v. 25 es una observación final sobre el conjunto del evento de la creación de la mujer. Obviamente no hay nada vergonzoso en la desnudez del género masculino y femenino. De esta manera enfatiza la desnudez la atmósfera erótica del verso precedente. A pesar de su desnudez permanente no sentían verguenza el uno frente al otro conforme a la reciprocidad expresada por el hithpolel hebreo. El tiempo imperfecto mantiene estable esta condición de inocencia en la narración del Edén. La palabra hebrea עָרוֹם es decir „desnudez“ no tiene conotaciones morales negativas a diferencia de la palabra  עֶרְוַ֥ת  utilizada en otros textos para designar la vergüenza en relación con el área genital. En el texto de Is 20,4 aparece esta distinción claramente. Así pues  עָרוֹם  alude a la ausencia incensurable de posesiones o bien a la exposición por la escacez de vestido. Si bien los dos substantivos „desnudez“ עָרוֹם y „vergüenza“ עֶרְוַ֥ת son similiares, son diferentes como adjetivo y como paticipio en tiempo imperfecto respectivamente, es decir „desnudo“ y „avergonzado“ en cada caso. Entre ambos términos hay un paralelismo literario, cuya estructura aparece a continuación:

                                                                                                                     עֲרוּמִּ֔ים

A     Y los dos de ellos              estaban      desnudos,

   el hombre y su mujer, y      estaban no avergonzados el uno ante el otro ...

                                                                     יִתְבֹּשָֽׁשׁוּ

 

El texto hebreo describe „desnudos“ y „no avergonzados“ dentro del mismo marco moral de inocencia, candidez e impecancia. Sin duda tiene la desnudez en este contexto un sentido simbólico y sugiere su falta de morbo e inocencia total. La desnudez expone a la vulnerabilidad y desprotección. Por eso ambos son vulnerables ante la tentación. Estar avergonzado significa en hebreo más que estar expuesto a una situación embarazosa y por supuesto mucho más que es estar descertado. No estar avergonzado es estar libre de toda culpa y libre del miedo al aprovechamiento, porque uno es inocente como un niño. El sentido primario de la verguenza ante el error cometido. No es sólo sentirse avergonzado como afectado interiormente. En hebreo supone la vergüenza un escenario público ante, el cual uno queda expuesto. La vergüenza resulta de una acción objetiva censurable por imprudencia o inmoralidad. Por ello el verso debe enfatizar el aspecto social de la vergüenza con la frase „el uno ante el otro“.

 

La desnudez de Gn 2,25 no tiene malicia, ni está afectada por la culpabilidad de haber cometido un error. La escena es bella e inocente. Han consumado su unión conyugal sin malicia. Esta inocencia se refiere no sólo al acto sexual por el cual llegaron a ser „una carne“ ni sólo a su desnudez en particular, sino en general a su integrigad moral y su dignidad de creaturas, a quienes en interacción personal vio Dios, que eran muy buenas.

 

 

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1   Cfr. GEHRING, René, The biblical “one flesh” theology of marriage as constituted in Genesis 2:24. An exegetical study of this human-divine covenant pattern, its New Testament echoes, and its reception history throughout Scripture (Avondale College of Higher Education, Australia 2011), 40.

 

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