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2. Llegan a ser „una carne“

en razón del matrimonio 2/5

Comentario a Gn 2,24 por Mag. Dr. Dr.

René Gehring

Pastor y conferencista

 

 

2.2 Análisis textual

 

2.2.1 Unidad y discontinuidad

 

Ante todo es importante reconocer la unidad y discontinuidad entre Gn 1-2,4a y Gn 2,4b-3,24 atribuidos respectivamente a la fuente sacerdotal y a la tradición yahvista por la hipótesis documentaria de Graf-Wellhausen. El análisis estructural de J. Doukhan sobre Gn 1-2 es uno de los primeros trabajos, que sostienen la unidad del relato del Edén con ayuda de argumentos críticos, estructurales y lingüísticos. Más allá de estos resultados argumentan Hauser y Garrett a favor de la unidad e interdependencia y éste último concluye que la unidad de Gn 1-2 es notoria. Asimismo investiga John Collins las características lingüísticas y literarias de la sección más grande de Gn 1-4 y enfatiza con respecto a Gn 2,4 lo siguiente:

 

«[...] la estructura de Génesis 2,4 argumenta contra la división del versículo. [...] hay un quiasmo elaborado, el que une las dos perícopas (1,1-2,3 y 2,4-25), invitándonos a leerlas armónicamente. La variación en el nombre divino identifica al Creador cósmico con el Dios de la Alianza con Israel [...]. Estas observaciones acerca de las partes de Génesis 2,4 muestran por lo tanto que, independientemente de sus fuentes originales, las partes funcionan ahora como un todo literario, y de esta manera las fuentes son irrecuperables. Esta integridad literaria nos invita a leer las dos perícopas con ayuda de un método contemporáneo».1

 

Las consideraciones literarias y gramaticales suministran una explicación mejor respecto al flujo general de la narración. De modo similar investiga Wenham Gn 2,4 reconociendo su quiasmo interesante y concluye finalmente, que dicho verso sirve tanto a Gn 2,5-4-26 como título como también a Gn 1,1-2,3 en cuanto enlace con la introducción previa. Según Stordalen es Gn 2,4 un quiasmo redaccional, que conecta Gn 2,5-3,24 y 1,1-2,3. Parece correcto aseverar, que no hay dos relatos independientes de la creación, sino un relato del gran cuadro de la creación. Este análisis sigue las explicaciones modernas y convincentes en favor de un cuatro general consistente en dos relatos harmoniosos y complementarios.

 

2.2.2 Análisis de Gn 2,18-23

 

El capítulo 2 enfoca su atención específicamente en la creación del ser humano. La descripción de Dios llega a ser paulatinamente más personal. Su trabajo es pincelado como una obra íntima de creación. Dios crea no solamente por medio de su palabra, sino también modela justamente con sus propias manos, él mismo sopla personalmente en las narices humanas el aliento de vida, él mismo planta el jardín en Edén y dialoga cercanamente con el hombre y le advierte del peligro. Esta intimidad creciente es expresada desde Gn 2,4b por el cambio del nombre de Dios de Elohim a Yahweh-Elohim. Ahora identifica el autor al Creador cósmico con el Dios de la Alianza con Israel. Esta narración describe a Dios con rasgos más personales, le muestra tangible y él no rehuye lejos del contacto directo con el hombre.

 

2.2.2.1 Verso 18

 

Dentro del pasaje central de Gn 2,18-25 encontramos en el v. 18 un incisivo contraste respecto al cap. 1 en el cual vio Dios, que todo era bueno e incluso muy bueno en el caso del hombre. En cambio ahora constata Dios, que hay algo, que no está bien. La expresión «y YHWH Dios dijo» es similar a Gn 1,26 e indica la urgente necesidad para el hombre de tener un partner. Sin la mujer como complemento adecuado no está el hombre completo y no es muy bueno. La mujer no es una asistencia abstracta sino un asistente concreto. El verbo „ayudar“ (es decir  ̒ezer  en hebreo) es un término relacional y no implica inferioridad sino igualdad de un auxiliar que es contraparte adecuada. Dios es el auxiliar superior al hombre; los animales son auxiliares inferiores al hombre; la mujer es la auxiliar igual al hombre.2   

 

Justamente como Gn 1,27 describe al ser humano como hombre y hembra, así Dios se dispone a crear al parner, sin quien la creación del ser humano no sería muy buena. El término „auxiliar“ aparece sólo dos veces en todo el AT en Gn 2,18 y 2,20, para expresar la noción de complementariedad y mejor dicho la identidad en el sentido de la frase „como él“. El núcleo yace en la igualdad de ambos en relación con su constitución esencial. Tampoco implica, que el „auxiliar“ sea más poderoso que el auxiliado, sino tan sólo que la potencia de éste último es inadecuada por sí misma. El término hebreo „auxiliar“ tiene simplemente un significado relacional y describe una relación benéfica. Por sí mismo no especifica posición o rango, ni superioridad o inferioridad.

 

2.2.2.2 Verso 21

 

Gn 2,21 habla sobre un „profundo sueño“ causado por Dios, lo cual no indica sólo un usual sueño nocturno, sino un sueño divinamente inducido, y a menudo está relacionado estrechamente con una revelación divina. La expresión „y él durmió“ puede dejarse subordinar a la siguiente expresión „y Él tomó“ dentro de la oración „y mientras él dormía, Él tomó“ con el fin, de crear el auxiliar del hombre como una nueva revelación de Sí mismo al hombre, puesto que la mujer ya ha sido considerada en Gn 1,26a también imagen y semejanza Suya. La costilla que Dios toma desde el hombre puede significar „costado“, no necesariamente „costilla“ en sentido anatómico. Puede indicar la igualdad del auxiliar adecuado del v. 18, porque la mujer procede de uno de sus dos costados, es decir de una parte del ser entero llamado „hombre“. Cada parte puede indicar cada uno de los costados distinguidos en dos géneros „hombre“ y „hembra“, los cuales reflejan la imagen divina reunificada en Gn 2,24 como „una carne“.

 

Tres veces en Gn 2,21-23, una vez en cada verso, el autor emplea el término „tomar“. Esto puede aludir a la expresión del verso 24 „es ligado a una mujer“ en el sentido de „tomar una mujer“, si bien los v. 21-23 no hablan aún acerca del matrimonio.

 

2.2.2.3 Verso 22

 

El verbo hebreo „modelar“ de Gn 2,22 es usado sólo dos veces respecto a la obra creadora de Dios aquí y en Am 9,6. En éste último connota la idea de permanencia, estabilidad, durabilidad y resultados sólidos. Por tanto la mujer no es creatura efímera. La frase „la trajo ante el hombre“ adquiere en este verso un significado preciso gracias al paralelismo con el verso 19.

 

                                                    Gn 2,19ss.                         Gn 2,22ss.

 

  • Autor                                     YHWH Dios                        YHWH Dios

  • Tipo de operación                 formó [animales]                moldeó [mujer]

  • Material                                 desde el polvo                   desde el hombre    

  • Don traído por YHWH Dios   Él los trajo al hombre        Él la trajo ante el hombre

  • Reacción del hombre            el hombre los denominó    ella será llamada hembra

 

 

La similitudes entre ambas calumnas son en efecto discutibles, pero las diferencias entre ambas son obvias. Tanto los animales como también el hombre son formados desde el polvo. En contraste con ello llega la mujer a ser moldeada desde el hombre. Así como lo animales es la mujer traída por YHWH Dios mismo ante el hombre. Mientras el hombre da un nombre a los animales, no recibe la mujer un nombre individual, sino tan sólo un nombre genérico, porque hembra“ (es decir  ̓iššâ o bien אִשָּׁ֔ה en hebreo) no es un nombre propio. Por tanto designa el género femenino, no un persona específica.3 En contraste con ello denomina el hombre a los animales según la voz activa de dicho verbo, mientras el texto utiliza para la mujer la voz pasiva. No llega a ser explicado, quien la llamará ni como ello sucederá, hasta que Gn 3,20 indica: «el hombre denominó a su mujer Vitalidad», es decir  חַוָּ֑ה  en hebreo.

 

2.2.2.4 Verso 23

 

Todo lo anterior enfatiza la gran diferencia entre mujer y animales. Sólo la mujer es un partner digno para el hombre. El juego de palabras entre „hombre“ y „hembra“ muestra su mutua relacionalidad desde el origen de la mujer desde el hombre, quien procede desde el polvo según Gn 2,7. La exclamación de felicidad „ésta es finalmente“ indica, que él esta vez encuentra su propia contraparte adecuada, para ser llamada „hembra“. La similitud entre ambos es expresada con la expresión „hueso de mis huesos, y carne de mi carne“. No la denomina como a los animales, porque no reclama autoridad sobre ella. Antes no utiliza el texto el verbo „denominar“, sino hasta después de la narración de la caída de ambos en Gn 3,20.

 

Ambos substantivos „hombre“ y „hembra“ indican sólo la similitud entre ambos y nunca son entendidos como nombres propios. Esta paronomasia es sólo un recurso fónico para el juego de palabras, si bien su común origen etimológico es dudoso. Más bien enfatizan los parónimos la similitud de la naturaleza de hombre y hembra, que el origen etimológico de ambos términos. El gozo del hombre es motivado, porque Dios trae a la mujer ante él y expresado en la así llamada „poesía de Eros“. El flujo narrativo es peculiar en este poema y atrae la atención hacia la importancia de este evento creativo. La exclamación refleja el anhelo narrativo, por presentar la compatibilidad única entre el hombre y la mujer. Con este fin se dejan aplicar los criterios de la poesía hebrea a los siguientes cinco elementos:

 

  • [1] Ésta                                                                      finalmente / esta vez

  • [2] {es} hueso                                                            fuera de mis huesos

  • [3] y carne                                                                 fuera de mi carne

  • [4] Ésta                                        será llamada         hembra

  • [5] porque desde {su} hombre     fue tomada           ésta

 

En las líneas [2] y [3] hay dos paralelismos, a saber „hueso“=„huesos“ y „carne“=„carne“. En las líneas [4] y [5] hay paronomasia entre „hembra“ y „hombre“. Además hay hendíadis en las líneas [2] y [3] expresada con las palabras „carne y hueso“. Hendíadis procede de la alocución griega »ἓν διὰ δυοῖν«, que significa literalmente »uno mediante dos« y es en una figura retórica, la que consiste en la expresión de un único concepto mediante dos términos coordinados. Por ejemplo „estar presente en carne y hueso“. De esta manera ayudan los dos sustantivos, a trasmitir una sola idea, a saber „en persona“. También hay en las líneas [1], [4] y [5] una triple repetición vinculada a la exclamación original de la palabra „ésta“, la que estructura el poema. Y finalmente hay un quiasmo, es decir una figura retórica basada en la repetición, en las líneas [4] y [5], a saber la palabra „ésta“, la que remata todo el poema dentro de la siguiente estructura literaria:

 

  • [A] Ésta                                                                     

  •               [B]  será llamada

  •                                          [C]  hembra porque desde {su}

  •                                          [C]  hombre

  •               [B]  fue tomada

  • [A] ésta

 

En este esquema estilístico es patente la centralidad de la similitud y equidad de hombre y hembra introducidas y concluidas por el quiasmo de la palabra „ésta“. Sobre las líneas [2] y [3] aluden los dos paralelismos „hueso“=„huesos“ y „carne“=„carne“ al mismo origen de hombre y hembra, a la misma familia humana y quizá al mismo Dios creador, cuya imagen ellos en común reflejan. A partir de este nexo de equidad llegan a ser „una carne“ por la relación conyugal. La carne indica la debilidad necesitada de „hueso“ como antónimo complementario en el mismo sentido, que el hombre necesita de un auxiliar adecuado como complemento para la plenitud durable de su vigor. El término „carne“ (es decir bsr en hebreo) denota debilidad no sólo física, sino también mental. „Hueso“ denota poder y vigor. „Carne y hueso“ no deben reducirse a sus propiedades físicas, sino deben ser interpretadas en el amplio horizonte de la debilidad y vigor de toda la persona.

 

Dicha debilidad no es consecuencia de la caída, sino más bien la situación natural de cada creatura desde antes de la caída humana y valorada por el mismo Dios en efecto como buena, pero todavía no como muy buena, porque el hombre aún estaba solo. El hombre necesita la presencia de la mujer y su auxilio para completar su vigor humano y una vida bajo condiciones óptimas, las cuales no hubieran sido cumplidas, si no hubiera creado a la mujer.

 

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1  «the structure of Genesis 2:4 argues against dividing the verse. [...] there is an elaborate chiasmus that unites the two pericopes (1:1-2:3 and 2:4-25), inviting us to read them harmoniously. The shift in divine name identifies the cosmic Creator with the covenant God of Israel [...]. These observations about the parts of Genesis 2:4 also show that, whatever their original sources, the parts now function as a literary whole, and thus the sources are unrecoverable. This literary whole invites us to read the two pericopes in a complementary way». COLLINS, John, Genesis 1-4. A linguistic, literary, and theological commentary (P&R Publishing, Phillipsburg 2006), 229. La traducción castellana es mía.

2.  Cfr. TRIBLE, Phyllis, Eve and Adam. Genesis 2-3 reread, en Andover Newton Quarterly (13, 1972-1973), 252.

3. Cfr. GEHRING, René, The biblical “one flesh” theology of marriage as constituted in Genesis 2:24. An exegetical study of this human-divine covenant pattern, its New Testament echoes, and its reception history throughout Scripture (Avondale College of Higher Education, Australia 2011), 34.

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